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viernes, 15 de enero de 2010

La fosilización.

La fosilización es el conjunto de procesos que hacen que un organismo, alguna de sus partes o los rastros de su actividad, pasen a formar parte del registro fósil. Su escala de duración se mide en millones de años.

Comienza tras la muerte del organismo y tiene mayores probabilidades de terminar con éxito si el enterramiento de los restos se lleva a cabo lo antes posible. Un enterramiento rápido y en ausencia de oxígeneno puede producir fósiles de especímenes completos.

Generalmente, el primer paso en el proceso de fosilización es la desaparición de las partes blandas. Los huesos, dientes, conchas y exoesqueletos quitinosos tienen mayores posibilidades de fosilizar. El proceso completo que producirá el fósil depende tanto del organismo como del sedimento.

Es frecuente distinguir entre conservación y fosilización propiamente dicha.

  • La conservación, poco frecuente y espectacular en sus resultados, se puede producir mediante momificación, congelamiento, conservación en brea, o conservación en ámbar.
  • La fosilización a su vez, se puede producir mediante carbonatación, carbonificación, silicificación, piritización, fosfatación, ...

La carbonatación es el proceso de fosilización más frecuente, dada la abundancia de calcita tanto en las rocas sedimentarias como en las conchas y caparazones de muchos invertebrados.

La carbonificación, es el mecanismo de fosilización de organismos o partes de organismos ricos en polímeros de carbono, tales como las plantas y los exoesqueletos quitinosos de los artrópodos.

Cuando el carbono es sustituido durante la fosilización por sílice, tiene lugar el proceso conocido como silicificación. Suele dar origen a fósiles muy bellos, puesto que su extracción utilizando determinados ácidos no daña el especimen.

La piritización se produce cuando el organismo se descompone en condiciones anaeróbicas, produciéndose ácido sulfídrico que reacciona con las sales de hierro presentes en el agua, dando como resultado marcasita o pirita que son las que sustituyen a la materia orgánica. Mientras que la pirita da como resultado fósiles brillantes, estables y bien conservados, la marcasita se oxida de nuevo al entrar en contacto con el oxígeno, dando lugar a los fósiles limonitizados.

Por último, la fosfatación es el mecanismo más frecuente de fosilización para los huesos y dientes de vertebrados. Se produce al añadirse al fosfato cálcico que poseen estas partes de los seres vivos un aporte adicional de carbonato cálcico proveniente del sedimento.

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